Si hace una semana alguien me hubiera dicho que adoraría este libro y que lo terminaría, no me lo creería. He creado con él una relación de amor y odio. Alrededor de las 100 primeras páginas no paraba de preguntarme ¿dejo el libro? ¿Para qué sigo leyendo? Pero no podía, soy de las que piensa que hay que terminar una novela, que hay que llegar al final de cada historia. Además, no paraba de encontrarle similitudes con libros como los Juegos del Hambre o El señor de las moscas, por lo que se me hacía más difícil continuar. Pero las buenas puntuaciones y las geniales reseñas que encontraba sobre este libro me motivaron para continuar. A lo largo de la novela fui enamorándome de la escritura del autor, que al principio no soportaba, y del mundo que ha creado en esta trilogía de Amanecer Rojo, que no entendía en las primeras páginas.

Pierce Brown nos presenta una jerarquía diferente a la que conocemos, en la que los diferentes escalones son grupos con nombres de colores. Así, encontramos los grises que se encargan del orden, los rosas destinados al arte del placer, los rojos que llevan a cabo las tareas más duras en los ambientes más extremos, entre otros.

El autor nos sitúa en Marte, donde nuestro protagonista, Darrow, un rojo, la casta más baja de la jerarquía, de profesión sondeainfierno, encarga de trabajar en el planeta rojo para hacerlo más habitable.  Como yo te preguntaras por el significado de sondeainfierno. A estas alturas creo que no he conseguido descifrarlo del todo, como este y otros conceptos que introduce el autor. Si tuviera que decantarme por algún defecto del libro seria exactamente eso, conceptos que el autor no define y que te dejan confuso cuando te los encuentras en un párrafo.

Volviendo a la historia, nuestro personaje lleva toda su vida trabajando bajo las órdenes de los colores superiores. Su mujer Eo no está del todo conforme con la vida de esclavos que llevan, pero él no se preocupa de ello teniéndola a su lado. Tras un situación inesperada la historia da un giro de 360 grados y nos encontramos a Darrow accediendo a lo más alto de la jerárquica buscando venganza. ¿Y cómo lo hace? Convirtiéndose en uno de ellos y participando en lo que ellos llaman “Instituto”. Un lugar donde tendrá que sobrevivir haciendo aliados y amigos de aquellos a los que más odia. Allí conoceremos otros personajes que nos darán momentos de risa y tensión, algunos como Mustang, Pax, Casio o Sevro.

Es una novela llena de acción que te aportara grandes momentos en los que no podrás parar de leer. Es cierto que la primera parte de la novela es lenta y demasiado densa pero merece la pena llegar hasta el final para amar este mundillo que nos presenta el autor. Un final que te deja estupefacto preguntándote qué ocurrirá en la siguiente parte, Hijo dorado, libro que espero devorar muy pronto.